Desde que el presidente Nicolás Maduro otorgó a los pensionados y empleados públicos del país un «petroaguinaldo» (medio petro), que viene siendo casi millón y medio de bolívares a través de la plataforma Patria, comenzó la odisea para el cambio a bolívares o la compra de artículos en las tiendas destinadas a la aceptación de la criptomoneda nacional.
Las colas son kilométricas en varios estados del país por la lentitud del sistema Biopago, pero el más afectado es el estado Zulia.
Higinia Meléndez, habitante del sector Santa Rita, parroquia Francisco Linares Alcantara en el estado Aragua, informó a NAD que su compra fue fácil y rápida “Me tocó comprar en una ferretería en la que venden víveres y no tuve problemas. Llegué a la caja, hice mi pedido, me facturaron, coloqué mi huella y listo, me dieron mis compras”, aseguró.
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En las tiendas habilitadas en la ciudad de Maracaibo para comprar, el proceso comenzó con muchos tropiezos.
Así lo manifestó Dalia Manzanilla, quien estuvo más de 12 horas en cola para poder hacer su compra en el hipermercado La Grande, ubicado en la C-2. “Llegué a las 10:00 am, y salí a las 10:00 pm. El hipermercado estaba abarrotado de gente y el sistema Biopago se caía a cada rato, eso fue lo que causó el retraso» explicó.
Manzanilla denunció que en La Grande de la Circunvalación 2, antiguo Centro Sur, te obligan a pagar el medio petro en 1 millón 200 mil bolívares, cuando su valor real es de 1 millón 400 mil y algo. «La gente por salir rápido de la cola deja los 200 mil, pero te imaginas de ¿cuánto es la ganancia de 200 en 200?», comentó y se preguntó así misma la mujer.
Estela Hernández, una pensionada que se fue a gastar su medio petro en la tienda Traki, ubicado en la avenida La Limpia, comentó que antes de ingresar a la tienda les imparten una charla para explicarles cómo deben realizar sus compras para agilizar el proceso y le pareció bien la orientación, pero denunció que los oficiales de seguridad que están en la tienda los maltrata. “Me gasté toDo el petro porque no me calo más estas colas, y los agentes de seguridad deben ser más considerados porque no están tratando con malandros, ni están en la academia militar. Somos personas mayores que merecemos respeto”, acotó.
Leida Salas, también se quejó. La doñita aseguró que luego de esperar más de 8 horas parada en la cola, la cajera le exigió de muy mala manera que tenía que decidir si iba a gastar todo el dinero o solo la mitad. “Esa no es la manera de tratarnos porque ese sistema es nuevo para nosotros y todavía no estamos familiarizados para utilizarlo. Ellas (cajeras) deben explicarnos y no maltratarnos”, puntualizó.
Alicia Alvarado, está pernotando desde hace dos días en las afueras del supermercado Samba, ubicado en la avenida Dr. Portillo «aquí ha sido un caos. El sistema de ha caído muchas veces y cuando vuelve al igual que en las bombas de gasolina, solo pasan los funcionarios y eso no es justo porque nosotros tenemos días tratando de hacer nuestras compras» dijo.