Esta semana, el gobierno del presidente Joe Biden ha dado una nueva señal de cómo planea distanciarse de las políticas para Medio Oriente de su predecesor Donald Trump.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que el nuevo mandatario tiene la intención de «recalibrar» su relación con Arabia Saudita, un aliado clave de Estados Unidos.
El presidente Trump, a través de su yerno Jared Kushner, forjó un estrecho vínculo personal con el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman, lo que en gran medida le dio rienda suelta a la forma en que usó el armamento suministrado por Estados Unidos en Yemen.
El presidente Biden, al parecer, prefiere tratar con su padre, el rey Salman, que tiene más de 80 años y una mala salud. Y a partir de ahora, reza una declaración del Departamento de Estado de EE.UU., la política estadounidense debe priorizar el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos.