Fuente: ABC España // 24 de marzo del 2022
«No le esperábamos a usted, ministro». Esta fue la frase más repetida en la Comisión de Asuntos Exteriores que tuvo lugar a primera hora de esta tarde en el Congreso de los Diputados. José Manuel Albares aguantó el tipo ante la indignación de todos los portavoces parlamentarios –tanto de los socios de Gobierno como de la oposición– después de su primera intervención, que duró 23 minutos y en la que presumió de haber puesto «fin a la crisis con Marruecos» gracias a su diplomacia discreta.
Esta afirmación del ministro vino después de declarar que «es responsabilidad básica de cualquier Gobierno mantener una buena relación de vecindad entre dos países como España y Marruecos, a los que unen todo tipo de intereses y vínculos».
Objetivo: la foto
Albares explicó que tras el restablecimiento de las relaciones bilaterales, ha comenzado «una nueva etapa» que se desarrollará «sobre una hoja de ruta clara y ambiciosa, en beneficio de la integridad territorial y soberanía de España, de nuestra estabilidad y prosperidad». Una nueva era que se visibilizará el 1 de abril con el viaje de Albares a Rabat, previo a la visita de Pedro Sánchez. Tras la foto con su homólogo Nasser Bourita, la agenda de Albares incluirá «la normalización completa de las conexiones marítimas». «Ese mismo día empezaremos a diseñar el operativo de la Operación Paso del Estrecho», explicó, al tiempo que añadió que estará en el orden del día la reapertura de las fronteras en Ceuta y Melilla con «el restablecimiento, de forma controlada, de la circulación de personas y bienes».
A punto de cumplirse un año desde el inicio de la crisis migratoria más grave que se ha tenido con Marruecos, Albares apeló a los « lazos humanos, de seguridad y económicos» de España con su vecino del sur. Unos vínculos tan importantes que «hacían imperativo poner fin a la situación de tensión y falta de comunicación que afecta a nuestros ciudadanos y supone un perjuicio para nuestras sociedades y nuestra economía». Una crisis que «debe cerrarse con ambición, buscando sentar las bases de una relación más fuerte».
Albares solo recibió los aplausos de los miembros del PSOE que se encontraban en la comisión. El cabreo –tanto con él como con Pedro Sánchez– fue unánime. Albares les reprochó que no tuvieran en cuenta que todo volvía a la normalidad con Marruecos, desviando así el fondo de la indignación de todos los portavoces: el cambio de postura por parte de España sobre la soberanía del Sahara Occidental. Un giro histórico en la política exterior española después de 47 años.
Un hidalgo llamado Albares
Con una postura hierática y casi sin pestañear, Albares recibió duros reproches por parte de todos los partidos, desde el PP y Vox, pasando por el PNV, ERC y Bildu. Incluso de Unidas Podemos, socio de Gobierno. De hecho, cuando el ministro se refirió a él mismo como El Quijote por querer cambiar la situación respecto al Sahara Occidental –« para que España deje de ser un mero espectador»–, Gerardo Pisarello (Unidas Podemos) reivindicó las formas de Arancha González Laya a la hora de referirse a este conflicto y le comentó a Albares que el ingenioso hidalgo de Cervantes no se habría puesto del lado del más fuerte –es decir–, Estados Unidos. Criticó también la «imprudencia» del Ejecutivo: «La ‘real politik’, si no incluye valores, se reduce al cinismo».
«Ustedes están solos. No tienen el respaldo del Congreso de los Diputados», dijo Marta Rosique (ERC) al ministro, a quien señaló por estar siguiendo los pasos del Franquismo: «Su incoherencia como Gobierno no tiene límites». Minutos antes, Aitor Esteban (PNV) recriminó a Albares que «aquí se viene antes». Esta queja se expresó en varios momentos de la tarde, ya que la mayoría de partidos protestaron porque no se les avisó del cambio de postura respecto al Sahara Occidental y también porque Pedro Sánchez no haya asomado todavía la patita para dar una explicación sobre este giro. «Si es tan bueno este acuerdo con Marruecos, ¿por qué se esconde? ¿Por qué no se ha dicho antes? Algo habrá pasado cuando Argelia retira a su embajador», apuntó Esteban.
«Hasta la familia Bardem está en contra de usted», afirmó de forma jocosa Iván Espinosa de los Monteros (Vox), al tiempo que le recordó a Albares el final de Laya, a quien Sánchez nunca defendió: «Esto va a acabar apartándole a usted». Valentina Martínez (PP) preguntó en varias ocasiones a Albares quién escribió la carta de Sánchez a Mohamed VI. Después de tantos meses de diplomacia discreta, lo lógico sería que la misiva saliera de Exteriores. Pero el ministro no contestó a esta incógnita ni a la mayoría de las planteadas. Presumió de que Francia y Alemania le trasladaron que sus posiciones respecto al Sahara eran muy similares a la que España acaba de tomar y alegó que Sánchez usa el mismo lenguaje que Zapatero y Rajoy al hablar de «esfuerzos serios y creíbles» en esta cuestión.