La reforma a la Ley de Impuesto a las Grandes Transacciones Financieras, aprobada el jueves 3 de febrero en segunda discusión por la Asamblea Nacional electa en 2020, tendrá un impacto negativo no solo para las empresas, sino para las personas naturales. La norma, que aún no está publicada en Gaceta Oficial, establece el cobro de impuestos de hasta 20% en las transacciones con dólares y criptomonedas diferentes al petro.
“Afecta a todo el mundo, a las empresas y a las personas naturales, porque sencillamente encarece el costo de las transacciones”, afirmó a El Nacional el economista José Guerra, miembro del Observatorio Venezolano de Finanzas.
Un retroceso en la dolarización
La regulación significaría un retroceso en la dolarización e incluso conspiraría contra ella, dijo Guerra, también diputado a la Asamblea Nacional electa en 2015. Agregó que se encarecerán todas las actividades comerciales de compra y venta y aclaró que que no hay ningún tipo de exención: todos deben pagar el impuesto por esas transacciones.
“Este impuesto, cuando se pague, no se puede deducir del Impuesto Sobre La Renta como sí sucede con el Impuesto de Valor Agregado. Al ciudadano común le afecta igualmente porque cuando va a hacer una compra en dólares, de cualquier producto, tiene que pagar el impuesto cuya tasa no se conoce”, señaló Guerra.