Fuente: El Mundo // 12 de abril del 2022
«Soy un francotirador y con un tiro preciso se acaba el Sánchez antes de que del todo se hunda a España. No haría falta guerras». Es uno de los mensajes que Manuel Murillo, de 66 años, lanzó en un grupo de whatshapp al que pertenecía junto a otras personas en el que expresó públicamente su deseo de acabar con la vida del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y buscó apoyo logístico para intentarlo. Así lo considera la Audiencia Nacional que lo ha condenado a siete años y seis meses de prisión como responsable de un delito de homicidio en grado de proposición y otro de depósito de armas de guerra, ya que los Mossos d’Esquadra encontraron un arsenal en el registro de su vivienda en Terrassa. Además de la pena de prisión, el tribunal impone ocho años de privación del derecho a la tenencia de armas.
El condenado, que trabajaba de vigilante de seguridad, participaba en el grupo de whatsapp «Terrasa por España» en el que a partir de junio de 2018 publicó mensajes en los que mostraba su absoluto desacuerdo con la exhumación de los restos mortales de Franco, cuyos trámites habían sido iniciados por el Gobierno. Hasta septiembre de 2018, cuando fue detenido, Murillo «fue interiorizando que la solución para producir un cambio en la situación política española pasaba por causar la muerte del presidente del gobierno, para lo que se empeñó en requerir ayuda para llevarlo a cabo», según la sentencia.
En este sentido, el tribunal ha tenido en cuenta algunos de los mensajes emitidos por el condenado como «no podemos permitir que humillen al Generalísimo Francisco Franco ni a José Antonio Primo de Rivera (…) Si es preciso me voy a ir armado y me sentaré en la tumba de Franco y si se acercan disparo». Pese a la dificultad que debe representar «atentar contra la vida del presidente del Gobierno, lo que haría pensar que la ideación del acusado estaría próxima a lo descabellado y por ende ante una propuesta no creíble ni en consecuencia factible», el tribunal destaca que el arsenal de armas encontrado en el domicilio del condenado en Terrassa es una circunstancia «indicativa de la alta peligrosidad».
En concreto se encontraron en su vivienda 13 armas reglamentarias y siete prohibidas, entre ellas una de guerra y numerosa munición, así como recipientes con pólvora y un artefacto explosivo casero. Este arsenal junto con los mensajes del condenado hacen que el tribunal considere que tuvo «una fijación inquebrantable en su voluntad de dar fin a la vida del presidente del Gobierno» y que supone un delito «por embrionaria que fuera» la fase en la que se encontraba, tenía la «persistencia, fijación y desvelada determinación» de «causar la muerte» de Pedro Sánchez.
Además, la sentencia remarca que el condenado recabó «de forma reiterada la ayuda que requería en pro de su pertinaz idea criminal». Para ello contactó con una dirigente de Vox que formaba parte de esos grupos ya que consideraba que «disponía de capacidad para proporcionar los medios y/o contactos» con los que atentar contra Sánchez con mensajes como «yo lo hago. Necesito ayuda y tiene que ser de patriotas» o «yo creo que sería lo más rápido para que hubiera elecciones y sacar a ese hijo de puta de en medio». Sin embargo ella lo denunció ante los Mossos d’Esquadra que lo investigaron ya que era un experto tirador.
«Lo haría particularmente, solo necesito periodistas que siempre están allí donde hay la noticia para ir como ellos al punto en el lugar y hora que estará el Sánchez para tener preparado el disparo. Es para tirar de lejos, para eso necesito alquilar un piso cerca y preparar todo como la peli de una bala para el Rey», escribió en sus mensajes el condenado, hijo del último alcalde franquista de Rubí (Barcelona). También indicó que «mi mayor ilusión es meter al traidor de Sánchez debajo de la lápida de Franco» o «tendremos que ir de francotiradores anónimos cargándonos a esos hijos de puta poco a poco, sin ayuda». Ahora deberá seguir en prisión por su voluntad de acabar con el presidente del Gobierno de un tiro.